El paso de la Pequeña Gigante
El último fin de semana de Enero de 2010 estuvo convulsionado en Santiago debido a la nueva visita de la Pequeña Gigante (La Petite Géante), montaje de marionetas gigantes presentado por la compañía francesa de teatro callejero Royal de Luxe.
Ya habíamos tenido su visita en Enero de 2007, en donde liberó a Santiago de un enorme Rinoceronte.
El atractivo de esta nueva visita es que se encontraría con su tío el Señor Escafandra. Juntos celebrarían el bicentenario de Chile. El nombre del espectáculo en esta ocación es : “La Invitación”.
El argumento es sencillo, pero la puesta en escena es inmensa. Se necesitan actores, acróbatas, músicos, ingenieros, arquitectos, urbanistas, y un largo etcétera que involucra a todos quienes deben estar a cargo de lo que involucra una intervención urbana de esas características. Hay que mover marionetas enormes (la Pequeña Gigante mide 5,5 metros de alto y pesa 800 kg; el Tío Escafandra mide 10 metros aprox. y pesa 2,5 toneladas) y para conseguirlo es necesario cerrar las calles con todas las implicaciones que se dan. La labor de planificación y coordinación que requiere aquello habla de un espectáculo que no admite improvisaciones.
El saldo final han sido, aproximadamente, tres millones de personas que se agolparon por las calles de Santiago para ver el paso de ambas marionetas (Esto contando los tres días de montaje).
Dentro de todo este espectáculo las cosas que más me llamaron la atención fueron: en primer lugar la música, compuesta por la banda Balayeurs Du Désert, daba la atmósfera perfecta para el desfile y los movimientos de los protagonistas; la alta convocatoría también llama mucho la atención, creo que ayuda mucho a eso la gran cobertura que dio la televisión a este evento; finalmente la coordinación de cada uno de los integrantes de la compañía para lograr hacer andar estas marionetas y calzar cada movimiento también son elogiables y demuestra las horas de ensayo y entrenamiento que requiere lograr tal resultado.
El punto negativo de la jornada fué la basura que se acumuló en las calles. Aún no se tiene conciencia que la basura debe estar en su lugar y que en caso de no haber un basurero cerca, se debe guardar en una bolsa y botarla ya sea en casa o en el primer basurero que se encuentre. Lograr un comportamiento así toma años, y es algo que queda en la cultura de los pueblos. Se habla de 15 toneladas de basura botada en la calle, demaciado.
Un gran espectáculo, en donde niños y adultos por un momento compartieron sueños.
Dejo acá unos videos con el montaje “La Reunión de Berlín”, presentado en esa ciudad durante 2009.
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